“Alguien” Guterres se acercó a Putin en el “Club de Amigos de la Paz” chino y probó ante la cámara una barra de pan, posiblemente hecha con pan ucraniano robado. No aceptó una invitación personal a la Cumbre de la Paz que tuvo lugar en junio en Suiza, sino que vino a visitar al criminal de guerra Putin.
Guterres es el exlÃder de los socialistas portugueses y el actual Secretario General de las Naciones Unidas, por lo que toda esta vergüenza simboliza algo. ¿Qué exactamente?
Nada nuevo, todo esto se ha dicho más de una vez, pero parece que aquà podemos hablar del punto final.
En primer lugar, La ONU es una estructura que ha renacido hace mucho tiempo y ahora ya no es posible curarla.. No se trata sólo de Ucrania, del abuso del Rashist Nebenzi en el Consejo de Seguridad, no sólo en términos del derecho internacional, sino también del hombre como especie biológica. Y recordemos cómo los empleados de la ONU (¡no unos pocos, sino cientos!) en Gaza participaron activamente en el genocidio del 7 de octubre de 2023. ¿Y las “fuerzas de paz” de la ONU que protegen a los canÃbales de Hezbollah cerca de sus puestos de los golpes de los israelÃes, que están tratando de limpiar el sur del LÃbano de este flagelo? La ONU está kaput. Parece que éste se está convirtiendo en uno de los lemas clave de los tiempos modernos.
En segundo lugar. El concepto de “moralidad” finalmente abandonó el ámbito de la polÃtica internacional.. En general, ha sido un huésped poco frecuente allà desde la antigüedad, pero después de los horrores de la Segunda Guerra Mundial hubo un breve perÃodo (máximo 20 años) en el que era posible hablar de ello sin amarga ironÃa. Luego, personas ingenuas vivieron de recuerdos y esperanzas durante varias décadas. Ahora ya no hay lugar para ellos.
No sólo Guterres, sino también los lÃderes de paÃses que representan la mitad de la humanidad y un tercio de la economÃa mundial, no son reacios a sentarse en la misma mesa con el inhumano Putin, por quien llora la horca de Nuremberg. Esto deberÃa darse por sentado y actuar en consecuencia.
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En tercer lugar. Las armas de destrucción masiva han dejado de ser una salvaguardia contra los conflictos globales y el fin de la civilización humana. Se ha convertido en una herramienta para garantizar la permisividad de monstruos como Rusia y la RPDC: pueden hacer lo que quieran, pero es imposible responderles adecuadamente. Recordemos sólo la histeria mezclada con el miedo y los celos por conversaciones más que hipotéticas sobre Ucrania, engañada por el “memorándum” de Budapest, que podrÃa recuperar sus armas nucleares.
Sólo hay una manera de salir de esta injusticia absoluta: la humanidad necesita inventar las armas antiarmas más nuevas, que no amenazarán de muerte a nadie, pero que podrán multiplicar cualquier potencia nuclear garantizada a cero.
… No hace falta decir que no se puede envidiar a nuestros diplomáticos, se han convertido en “desinfectantes del siglo XXI” – para hacer frente a tanta basura… Pero aquà no hay ningún consejo: es necesario. Y más. Ni la ONU ni la OTAN nos salvarán; Ucrania será salvada por su pueblo: la nación polÃtica ucraniana. Durante diez años lo hizo más de una vez. Ahorre ahora y ahorrará en el futuro.
Sobre el autor. Serhii Tyhiy, periodista ucraniano, editor jefe de la redacción principal de análisis operativos de la Agencia Nacional de Información de Ucrania “Ukrinform”
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Fuente: espreso.tv